Portada  |  09 enero 2019

Una librería argentina fue elegida como "la más linda del mundo"

Fue elegida por la revista National Geographic, que la señala como un punto indispensable en la visita de los turistas a Buenos Aires.

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"Ésta es la librería más linda del mundo", indica el título que publica la famosa revista National Geographic. Y agrega: "La iluminación es suave, con acentos que muestran lo mejor de la artesanía de principios del siglo XX. Las conversaciones son silenciosas, como en una gran biblioteca; sin embargo el espacio es tan cálido y acogedor que el café, en la parte de atrás de la sala cavernosa, está lleno de clientes que leen y beben capuchinos y submarinos de chocolate. Usted ha entrado a la librería Ateneo Grand Splendid".

Ubicada en Santa Fe y Callao de la recoleta porteña la librería es "frecuentemente citada en los blogs como la más linda del mundo". Y Brian Clark Howard -quien redacta la nota- la indica como un punto indispensable en la visita de los viajeros a Buenos Aires.

El artículo del National Geographic cuenta que el edificio fue inaugurado en 1919 como teatro. Por allí pasaron cantantes como Roberto Firpo y Carlos Gardel.

El National Geographic aconseja a los viajeros visitar el lugar y señala "los magníficos frescos en el techo y el estilo latino". La cúpula fue realizada por Nazareno Orlandi, como una celebración de la paz, tras la Primera Guerra Mundial. El frente tiene una marquesina de estilo griego con cariátides que sostienen los balcones de granito gris.

Antes de su uso actual, fue sede de Radio Splendid y de la discográfica El Nacional Odeón a partir 1926.

Salvo el período 1964-1973, cuando volvió a ser teatro, se convirtió en uno de los cines más importantes de la Ciudad y, tal vez, el más bello. Lleno de historias y mística, logró resistir varias crisis pero no pudo competir con las grandes cadenas y cerró en 2000, con futuro incierto.

Pero sólo unos meses más la cadena El Ateneo decidió instalar allí la librería más grande de América latina: 2.000 metros cuadrados.

Para transformar el antiguo teatro hubo que nivelar el suelo y restaurar la cúpula. Los numerosos palcos fueron usados para instalar salitas de lectura con sillones y mesas. El agregado moderno fueron dos escaleras mecánicas hacia el subsuelo, donde se alojan hoy películas y discos de música. Donde antes se ubicaban los camarines se ubicó el sector de literatura infantil.

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