El músico Horacio Molina, padre de las también cantantes y actrices Juana e Inés Molina, falleció a los 83 años. Fue Juana quien confirmó la noticia con un mensaje en su cuenta de Facebook.
Juana compartió la noticia con un mensaje emotivo, en el que destaca las enseñanzas de su talentoso padre, admirado por sus pares y por los amantes de la buena música:
Inmediatamente las redes sociales se hicieron eco de la noticia y muchos expresaron su pesar ante la pérdida de un músico inmenso y distinto, cuya principal característica haya sido, quizás, la fineza de sus interpretaciones y la elegancia a la hora de tocar la guitarra.
Que gran tristeza!!! Murió Horacio Molina. Mi maestro. Aprendí mucho de él. Cantor sutil exquisito!!! Musicalidad en todo su ser. Gran amigo del tío Sergio. Descansa en paz. ❤️
— sandra mihanovich (@sanmihanovich) 11 de septiembre de 2018
Tristeza ante la partida de un musico exquisito,refinado y sensible. Horacio Molina,nos deja su musica de calidad.Otro de nuestros queridos musicos que conoci gracias a la Inmensa Negra Sosa.
— Gustavo Sylvestre (@Gatosylvestre) 11 de septiembre de 2018
Despedimos a Horacio Molina, el reconocido cantante de bossa nova, bolero y tango, nacido en Necochea, que partió hoy a las 83 años. pic.twitter.com/tSu5YvjHwN
— Cultura Nación (@CulturaNacionAR) 11 de septiembre de 2018
Molina nació el 2 de noviembre de 1935 en Necochea y comenzó a cantar en los años '60. Sus inicios fueron de la mano del bolero y la bossa nova. Su estilo, alejado de cualquier tipo de estridencia, lo emparentaba con el de Joao Gilberto.
Su crecimiento artístico estuvo estrechamente ligado a su participación en diferentes programas de la televisión argentina, fundamentalmente a los Sábados Circulares de Pipo Mancera, y luego a La Noche, donde compartió elenco con figuras como Ástor Piazzolla, Eladia Blázquez y Egle Martin.
En los '70, Molina incorporó el tango a su repertorio, género con el que siguió emparentado a lo largo de toda su carrera, estableciendo alianzas con figuras como el Polaco Goyeneche y el Tata Cedrón, entre otros.
Su dedicación al tango se volvió de manera completa tras el retorno de la democracia, luego de su vuelta de Europa hacia donde había partido en los años de la última dictadura.
Confeso gardeliano fue coleccionista y estudiosos del Zorzal porteño. "Gardel abrió una llave en mi alma, por eso guardo tanta información sobre él. Conozco sus versiones, sus fraseos, cómo respira y hasta cuando se equivoca", aseguró.
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